Norma en Buenos Aires
por Gustavo Gabriel Otero
Anna Pirozzi y Annalisa Stroppa son las estrellas de Norma en el Teatro Colón. Se aprecian tambièn la conocedora batuda del maestro Renato Palumbo y la dirección escénica de Mario Pontiggia.
Buenos Aires, 05/12/2018. Sorprendentemente el Teatro Colón pudo ofrecer en su escenario para esta nueva producción de Norma un elenco femenino que se acercó a la excelencia y que hace olvidar los vaivenes contemporáneos en cuanto a calidad de las nóminas que sufren las Temporadas Líricas del primer Coliseo de la Argentina. Sin dudas la efectiva puesta en escena y la conocedora batuta del maestro Renato Palumbo más la excelencia de las dos artistas italianas convocadas, redundaron en un espectáculo de alta calidad.
La soprano Anna Pirozzi deslumbró como Norma por su compenetración, por su belleza de timbre, por su volumen, por su dominio técnico y estilístico, por el manejo de las agilidades, por su línea de canto y por las sutilezas interpretativas.
La mezzosoprano Annalisa Stroppa -quien debutó en agosto de 2012 en el Colón como Cherubino de I due Figaro de Mercadante y había dejado un grato recuerdo- fue una Adalgisa de perfectos acentos. Su color vocal atrayente y su vocalidad sin mácula sumado a su eficacia actoral la posicionaron como la segunda estrella de la noche.
Para concluir con el elenco femenino, Guadalupe Barrientos fue un verdadero lujo para el pequeño rol de Clotilde.
El tenor mexicano Héctor Sandoval aportó volumen y rusticidad a su Pollione. No defrauda, ya que cumple con las exigencias de la partitura, pero queda opacado por Norma y Adalgisa tanto en la calidad vocal como en la sutileza del canto. Ante el verdadero festival de claroscuros, pianísimos, potencia y calidad de las dos mujeres, Sandoval sólo puede poner de manifiesto corrección y profesionalismo, demasiado poco frente a Pirozzi y Stroppa.
Fernando Radó encarnó a Oroveso con su acostumbrada calidad y Santiago Bürgi interpretó a Flavio con emisión sana que contrastó notablemente con la del tenor principal.
Renato Palumbo concertó con eficacia y calidad siendo perfecto apoyo de los solistas pero a la vez encontrando matices orquestales para dar realce a la partitura belliniana.
El Coro Estable se desempeñó con la profesionalidad de siempre, logrando gran impacto en las escenas de conjunto.
La versión visual contó con soberbios telones pintados fruto de las ideas de Enrique Dartiguepeyrou y Claudia Bottazzini que fueron realizados con maestría por los talleres del Colón y con el exquisito vestuario firmado por Aníbal Lápiz pleno de telas livianas para las damas y de acertada gama de colores para los caballeros. Correcta la iluminación de Rubén Conde.
Mario Pontiggia como director escénico -convocado para reemplazar a Stefano Vizioli- trabajó con la escenografía y vestuario preparados para el director italiano pero ello no fue óbice para encarar un trabajo de gran nivel, con amplio conocimiento de la obra y de acertada tradición aunque sin una visión anquilosada o anticuada.
En el manejo de las masas, el director argentino de larga carrera europea, buscó simetrías que emparentan a Norma con la tragedia griega -es bastante clara la relación con la tragedia de Medea- con absoluta precisión y perfección. Mientras que las marcaciones de los solistas fue resuelta también a la manera de una tragedia griega pero dejando actuar y cantar con comodidad sin movimientos bruscos o antinaturales pero a la vez sin estatismos.
foto Maximo Parpagnoli e Arnaldo Colombaroli/ prensa teatro Colon
Teatro Colón. Vincenzo Bellini: Norma. Ópera en dos actos. Libreto de Felice Romani. Mario Pontiggia, dirección escénica. Enrique Dartiguepeyrou y Claudia Bottazzini, escenografía. Aníbal Lápiz, vestuario. Rubén Conde, iluminación. Anna Pirozzi (Norma), Fernando Radó (Oroveso), Annalisa Stroppa (Adalgisa), Héctor Sandoval (Pollione), Guadalupe Barrientos (Clotilde), Santiago Bürgi (Flavio). Orquesta y Coro Estables del Teatro Colón. Director del Coro: Miguel Fabián Martínez. Director Musical: Renato Palumbo