Sin frenos
por Gustavo Gabriel Otero
Madrid, 29/12/2023. Con polémica nueva puesta en escena, buena dirección musical y un elenco vocal de excelencia el teatro Real de Madrid presentó el inmortal Rigoletto de Verdi.
El director de teatro y cine, Miguel del Arco, en su primera aproximación al mundo de la ópera no se privó de ambientarla en una modernidad vaga y pareció seguir sin tapujos las reglas de las puestas en escena de los teatros de ópera de Alemania y otros países: felaciones, violaciones, masturbaciones, sexo en grupo, prácticas sadomasoquistas, travestidos, mujeres desnudas, acciones paralelas para rellenar los supuestos vacíos dramáticos de la ópera, mucha gente cuando los personajes deben estar solos y un largo etcétera. Acciones que fuerzan al espectador a tratar de concentrarse en el canto tratando de no distraerse en el constante movimiento de la escena.
Adecuados para la concepción visual el marco escénico de Sven Jonke e Ivana Jonke, que tiene su mejor momento en el inicio cuando que convierte el telón en parte del decorado; el vestuario ecléctico y en algunos casos de mal gusto de Ana Garay; la iluminación de Juan Gómez-Cornejo y la coreografía de Luz Arcas, aunque la degradación de esas mujeres que se quiere mostrar redunde en absurdos movimientos por parte de las bailarinas que finalmente parecen ser ellas, las artistas, las degradadas.
De las 22 representaciones programadas 4 de ellas fueron dirigidas por el maestro Christoph Koncz que además, fue el asistente del director musical principal: Nicola Luisotti. En la función que reseñamos Koncz condujo una muy buena versión musical, con estilo, con nervio verdiano y con adecuado balance entre el foso y la escena salvo en los momentos previos a la tormenta y a la tormenta del último acto.
Étienne Dupuis en su acercamiento a Rigoletto conformó un personaje vocal de gran lirismo, adecuados matices, bello color vocal, compenetración y estilo. Sin dejar de ser dramático en los momentos necesarios.
Xavier Anduaga, compuso un Duque de Mantua de perfectos acentos. Nuevamente mostró su valía con un registro parejo, agudo seguro y nítido, fraseo convincente, bello color vocal y amplio volumen.
La Gilda de Julie Fuchs resultó tan bien planteada en los escénico (aquí no es una niña totalmente inocente) como en lo vocal. Fuchs es sin dudas una de las sopranos jóvenes más interesantes del panorama francés, lo demostró con solvencia y belleza vocal, agilidades y coloraturas y exquisita línea de canto.
Gran rendimiento y presencia del bajo Peixin Chin como Sparafucile, voz poderosa, bien timbrada y rotunda. Correcta y ajustada la Maddalena de Ramona Zaharia. Fernando Radó, logró dar realce a las dos escenas de Monterone. Mientras que el resto del elenco fue solvente.
El Coro Intermezzo, bajo la dirección de José Luis Basso, se destacó por la excelencia de su prestación.
Madrid, 29/12/2023. Teatro Real. Giuseppe Verdi: Rigoletto, ópera en tres actos, libreto de Francesco Maria Piave, basado en “Le roi s’amuse” de Victor Hugo. Miguel del Arco, dirección escénica. Sven Jonke (Numen/For Use) e Ivana Jonke, escenografía. Ana Garay, vestuario. Luz Arcas, coreografía. Juan Gómez-Cornejo, Iluminación. Producción escénica del Teatro Real, en coproducción con la ABAO Bilbao Ópera, el Teatro de la Maestranza de Sevilla y The Israeli Opera (Tel Aviv). Étienne Dupuis (Rigoletto), Xabier Anduaga (Duque de Mantua), Julie Fuchs (Gilda), Peixin Chen (Sparafucile), Ramona Zaharia (Maddalena), Fernando Radó (El conde Monterone), Isaac Galán (Marullo), Josep Fadó (Borsa), Tomeu Bibiloni (Conde Ceprano), Sandra Pastrana (Condesa Ceprano), Marifé Nogales (Giovanna), Inés Ballesteros (Paje). Coro Intermezzo. Director del Coro: José Luis Basso. Orquesta Sinfónica de Madrid. Dirección Musical: Christoph Koncz.