Francia y Alemania
por Gustavo Gabriel Otero
Sophie Koch al Palacio Garnier canta en francés y en alemán con calidad, mesura y buen gusto interpretativo.
París (Francia), 15/10/2017 -Con calidad, mesura y buen gusto interpretativo se desarrolló este recital de la mezzosoprano Sophie Koch acompañada, al piano, por François-Fréderic Guy.
La estructura consistió en una primera parte con composiciones con textos en francés y la segunda con textos en alemán. Cada una de unos 35 minutos de música netos. A los que se agregaron tres bises.
En el inicio Koch ofreció la suite para voz y piano ‘Le Faune et la Bergère’ de Stravisnky. Las tres melodías fueron interpretadas con compromiso vocal e inmaculado francés. Cada palabra y cada frase adquieren en la voz de la mezzosoprano el matiz y el detalle justos.
Como segundo ramillete de canciones siguieron tres de Liszt: ‘S'il est un charmant gazon’; ‘Enfant si j'étais roi’; y ‘Il m'aimait tant’. Aquí sin ninguna actitud de divismo Koch es instrumento fiel a las intenciones del autor tanto en el nivel de la interpretación como en la sutileza de sus gestos siempre medidos pero particularmente expresivos.
Tres composiciones de Henri Duparc cerraron la primera parte con excelencia. Así pasaron ‘L’invitation au voyage’, ‘Le Manoir de Rosemonde’ y ‘La Vie antérieure’. Es admirable el manejo de los claroscuros, de las intencionalidades, del fraseo y del estilo.
Es de lamentar las interrupciones del público con sus aplausos que desconcentran a los intérpretes y a los otros asistentes. Luego de un agudo de excelente factura en medio de las interpretaciones hasta se intentó un aplauso. Ya no se pide que se espere al final del ciclo -cómo es esperable- al menos sería deseable que el público espere hasta el fin de la obra. El silencio sólo se logró al fin de la primera parte.
La segunda parte se abrió con cuatro Lieder de Franz Schubert: ‘Der Musensohn’, ‘Die junge Nonne’, ‘Sei mir gegrüsst’, y ‘Gretchen am Spinnrade’. Su bello color vocal sirvió perfectamente al autor con el punto más alto en la última composición.
Cabe destacar que en todo momento el acompañamiento de François-Fréderic Guy sirvió de perfecto apoyo a la voz e interpretación de Koch.
Siguió Johannes Brahms con ‘Liebestreu’, ‘Das Mädchen spricht’, ‘Botshaft’ y ‘Wie Melodien zieht es Miren’. Aquí sorprendieron la variedad de climas conseguidos.
Finalizó el recital con Richard Strauss aportando la intérprete su registro homogéneo y su compenetración. Así pasaron ‘Allerseelen‘, ‘Nichts’, ‘Schlechtes Wetter’ y ‘Ich liebe dich’.
Ante los aplausos se adicionaron tres composiciones de Strauss: dos Lieder y el aria del Compositor de la ópera Ariadna en Naxos. Final a plena voz, sin rastros de fatiga y con emocionantes acentos.