Britten en Mexico
pro Luis Gutierrez
La comedia de Britten producita por el grupo estable Solistas Rnsamble del INBA en colaboración con el Centro Nacional de las Artes podría haber sido notable, pero sólo se quedó en muy buena.
CIUDAD de MEXICO, 29 de noviembre 2018 - La noche de 29 de noviembre asistí a la primera función de Albert Herring, la tercera ópera de Benjamin Britten, la única comedia que compuso. El grupo estable Solistas Ensamble del INBA, en colaboración con el Centro Nacional de las Artes, presentó la obra en la producción literal de Valeria Palomino, lo que me agrada cuando veo una ópera por primera vez. Me gusta conocer más o menos lo que muchos llaman “las intenciones” del compositor. El argumento es muy fácil de entender cuando la escenografía, vestuario e iluminación, nos permiten hacerlo con facilidad, dado su naturalismo que evita cualquier símbolo que ensucie la simbología que representa la música. Juliana Vanscoit y Antonio Solares diseñaron la escenografía, la primera también diseñó el vestuario y Erika Gómez tuvo a su cargo la iluminación.
La acción se desarrolla en Loxford, lugar imaginario situado en la campiña inglesa.
La ejecución vocal y dramática fue buena en general. Grace Echauri fue Florence Pike, el ama de llaves de Lady Billows que fue interpretada por Graciela Díaz Alatriste; Óscar Velázquez como el vicario Mr. Gedge, Angelina Rojas como Miss Wordsworth la directora de la escuela local, el alcalde Mr. Upford por Rubén Cosme y Budd, el comisario de policía, por Emilio Carsi. Estos personajes son la crema y nata del pueblo. La clase trabajadora incluye al encargado de la recaudería Albert Herring, interpretado por Ángel Ruz, a su mamá, Mrs. Herring de Gabriela Thierry y a los ayudantes del carnicero, Ricardo Galindo, y de la pastelería, Itia Domínguez. Creo que debo asistir frecuentemente a los eventos en que participe este grupo estable.
Grace Echauri dominó el escenario, mostrando que aún tiene mucho que hacer como cantante de ópera; Óscar Velázquez volvió a regalarnos su hermosa y potente voz de barítono, y Gabriela Thierry destacó como Mrs. Herring.
Ángel Ruz realizó un trabajo de primera calidad al encarnar al héroe de la obra.
No sé por qué la escuela de actuación mexicana de niños tiene tan malos resultados en cualquiera de las artes dramáticas: cine, teatro u ópera. La actuación de dos niñas y un niño agregaron el ingrediente que impidió lograr una gran función. Las niñas estuvieron bien vocalmente.
El Maestro concertador Christian Gómez tuvo un excelente trabajo dirigiendo a los cantantes, y a la pequeña orquesta de sólo 13 músicos, en la que destacaron el percusionista Roberto Zerquera y el pianista Eric Fernández.
Si los niños hubiesen actuado bien, si y la dicción de los cantantes hubiera sido decente, esta función podría haber sido notable, pero sólo se quedó en muy buena.