Lacrime di gioia
di Luis Gutierrez
La fille du régiment al Palacio de Bellas Artes celebra il debutto nello stesso titolo e per la stessa Compañía Nacional de Ópera, poco più di quindici anni fa, di Javier Camarena, Rebeca Olvera e Josué Ceròn. Una grande festa, non priva di momenti di commozione.
Città del Messico, 13 febbraio 2020 - In questa serata il Palacio de Bellas Artes ha proposto l'opéra-comique La fille du régiment di Gaetano Donizetti in forma di concerto, con costumi e alcuni movimenti in proscenio.
Alla fine del 2004, Raúl Falcó, all'epoca direttore della Compañía Nacional de Ópera, con l'apporto del maestro cocnertatore Enrique Patrón de Rueda, prese la decisione assai rischiosa di programmare una nuova produzione della Fille con con tre giovani, e sconosciuti alla maggior parte del pubblico, che fecero così il loro debutto nei tre ruoli principali dell'opera. Il tenore Javier Camarena, il soprano Rebeca Olvera e il baritono Josué Cerón erano stati recentemente premiati nel Concurso de Canto Morelli, di certo il più importante in Messico. Rebeca fu Marie, la figlia maschiaccio del reggimento; Josué il sergente Sulpice, a capo di tutti i padri di Marie, e Javier il giovane tirolese che di lei si innamora perdutamente.
Raúl Falcó e il maestro Patrón de Rueda ottennero un grande successo per la loro operazione discussa, e la serie di quattro recite del novembre 2004 riscosse un risultato sensazionale.
Camarena cantó splendidamente e, soprattutto, con squillo, l'aria ‘Ah! mes amis, quel jour de fête!’, terrificante per i suoi nove do svracuti, a lungo firma di Luciano Pavarotti. Un anno e mezzo dopo quelle recite, Javier entrò nella compagnia dell'Opera di Zúrich dove fece il suo debutto europeo quale Lindoro nell’Italiana in Algeri. Per farla breve, Javier Camarena è oggigiorno uno dei tenori più richiesti al mondo, specie, ma non solo, nel repertorio belcantista. Si potrebbe dire, a mio parere, che sia uno dei più grandi tenori nel suo repertorio. Non posso dire il migliore, perché parlando d'arte è impossibile stabilire che qualcosa o qualcuno sia il migliore o il peggiore.
Rebeca Olvera era stata subito invitata a far parte dell'Opernstudio dell'Opera di Zúrich, di cui è membro permanente ormai da più di dieci anni, ed è sempre stata accolta con grande affetto. Rebeca è stata la prima cantante messicana a partecipare al Festival di Salisburgo, nel quale ha debuttato nel 2012 come Adalgisa in Norma, al fianco di Cecilia Bartoli.
Josué Cerón si è trasferito per perfezionarsi all'Academy of Vocal Arts di Philadelphia e ha compiuto una tournée in Giappone con l'opera Yuzuro, cantata per la prima volta da artisti stranieri.
Per iniziativa di Alonso Escalante, direttore Compañía Nacional de Ópera, questa serata, con replica domenica pomeriggio, vuole festeggiare il quindicesimo anniversatio dei debutti di Javier, Rebeca e Josué al Palacio de Bellas Artes.
E che festa è stata!
Javier Camarena ha già abituato il pubblico al bis del celebre ‘Pour mon âme quel destin!’, sicché la sala dava per scontato che l'avrebbe fatto anche in questo caso. Dopo l'aria, applausi, grida, svenimenti, manifestazioni di gioia sono durati diversi minuti, durante i quali il tenore è rimasto in ginocchio e commosso fino alle lacrime per l'accoglienza, i ricordi, e per non si sa quanti altri motivi. Una volta che il pubblico si è calmato, ha ripetuto il brano, quasi meglio della prima volta. Come sappiamo non è la stessa cosa ripetere un pezzo tanto esigente per lo strumento vocale come auesto a New York, collocata al livello del mare, e a Città del Messico, a duemiladuecennto metri più in alto. Sono rimasto incantato dal risultato, ma credo che questo momento resterà per Javier camarena un tesoro nel profondo del suo grande cuore.
Rebeca Olvera è meno celebre di Javier Camarena, ma è chiaro che, dal loro debutto insieme, ogni volta che ne hanno avuto occasione sono apparsi come una grande coppia sulle scene. Stasera Rebeca Olvera è stata Marie, davvero, l'è stata. E' il caso classico in cui i trova una cantante per la parte, la parte per la cantante. L'aria del secondo atto, ‘Par le rang et par l’opulence’ è stata il veicolo ideale perché la Marie do Rebeca esprimesse tutta la tenerezza, la frustrazione e la mestizia dello scoprirsi nobile e non quello che credeva e amava essere, la mascotte di un reggimento di uomini rudi ma onesti.
Josué ha realizzato un ottimo Sulpice, senza demeritare di fronte all'eccellenza dei colleghi.
María Luisa Tamez ha offerto una simpaticissima Marquise de Berkenfield, né hanno deluso Arturo López Castillo come Hortesius, José Luis Reynoso come caporale e Efraín Corralejo come contadino.
L'attrice televisiva Florinda Meza ha fatto il suo esordio al Palacio de Bellas Artes quale Douchesse de Crakentorp.
Il giovane Maestro Iván López Reynoso ha offerto una prova eccellente a capo dei solisti, dell'orchestra e del coro del Teatro de Bellas Artes, quest'ultimo preparato adeguatamente da Cara Tasher.
Oserei dire che che sia stata una bellissima serata di festa; avrei desiderato fosse proposta in forma scenica completa. Non lo è stato, ma questo non ha tolto il gusto della festa. A proposito, credo che Marie si sia rubata la serata...
Lágrimas de alegría
por Luis Gutierrez
La fille du régiment celebra el decimoquinto aniversario de los debuts de Javier Camarena, Rebeca Olvera y Josué Ceròn en el Palacio de Bellas Artes. Una gran fiesta y una gran emocion.
Ciudad de Mexico, 13 de febrero de 2020 - La noche de ayer se presentó en el Palacio de Bellas Artes, la opéra-comique La fille du régiment de Gaetano Donizetti, en formato de concierto, con vestuario y ciertos movimientos escénicos sobre el proscenio.
A fines de 2004, Raúl Falcó, a la sazón Director de la Compañía Nacional de Ópera, con el apoyo del Maestro Concertador Enrique Patrón de Rueda, tomó una decisión muy arriesgada al programar una nueva producción de La fille con tres cantantes jóvenes, y desconocidos para la mayoría del público, que hicieron sus debuts al interpretar los tres papeles principales de la obra. El tenor Javier Camarena, la soprano Rebeca Olvera y el barítono Josué Cerón, habían ganado recientemente premios en el Concurso de Canto Morelli, que es seguramente el más importante de México. Rebeca tomó el papel de Marie, la marimacha hija del regimiento; Josué fue el sargento Sulpice, quien encabeza a todos los padres de Marie, y Javier fue el tirolés que se enamora perdidamente de Marie.
Raúl Falcó y el Maestro Patrón de Rueda obtuvieron un gran éxito por su controvertida decisión, pues la serie de cuatro funciones de noviembre de 2004 tuvo un resultado sensacional.
Camarena cantó con gran belleza y, sobre todo, con eso que los tenor-maniacos llaman ping, el aria ‘Ah! mes amis, quel jour de fête!’, espeluznante por sus nueve do hiperagudos, que por mucho tiempo fue la firma de Luciano Pavarotti. Año y medio después de esas funciones Javier se incorporó a la Ópera de Zúrich donde hizo su debut europeo con el Lindoro de L’italiana in Algeri. Para no hacer el cuento largo, Javier Camarena es hoy en día uno de los tenores más solicitados del mundo, especialmente, pero no únicamente, en el repertorio belcantista. Podría decir que, en mi opinión, él es uno de los más grandes tenores del mundo en su repertorio. No puedo decir el mejor, pues en asuntos de arte es imposible calificar algo o alguien, como lo mejor o lo peor.
Rebeca Olvera fue invitada de inmediato a incorporarse al Opernstudio de la Ópera de Zúrich, de la que es miembro permanente de la compañía desde hace más de diez años, en la que siempre es recibida con gran cariño. Rebeca fue la primera cantante mexicana en participar en el Festival de Salzburgo, donde debutó en 2012 como Adalgisa en Norma, junto a Cecilia Bartoli.
Josué Cerón viajó a perfeccionar sus estudios en la Academy of Vocal Arts de Filadelfia, y realizó una gira en Japón con la ópera Yuzuro, cantada por primera vez por artistas extranjeros.
Por iniciativa de Alonso Escalante, el Director de la Compañía Nacional de Ópera, la función de anoche y la del próximo domingo por la tarde representan una forma de celebrar el decimoquinto aniversario de los debuts de Javier, Rebeca y Josué en el Palacio de Bellas Artes.
¡Y vaya que hubo celebración!
Javier Camarena ya ha acostumbrado al público a bisar el famoso ‘Pour mon âme quel destin!’, por lo que el público daba por descontado que lo haría en esta ocasión. Después de haber cantado el aria, los aplausos, gritos, desmayos, y demás manifestaciones de alegría, duraron varios minutos, durante los cuales el tenor permaneció arrodillado y conmovido hasta las lágrimas, por la recepción, por los recuerdos, y por no sé cuántos más motivos tuvo para hacerlo. Una vez que el público se calmó, repitió el fragmento, quizás mejor que la primera vez. Como sabemos, no es lo mismo repetir una pieza tan exigente del instrumento vocal como ésta en Nueva York, ubicada al nivel del mar, que en la Ciudad de México, a dos mil doscientos ochenta y cuatro metros más arriba. A mi me encantó el resultado, pero creo que Javier atesorará esta ocasión en lo profundo de su gran corazón.
Rebeca Olvera es menos conocida que Javier Camarena, pero es claro que, desde sus debuts simultáneos, siempre que han tenido la oportunidad han formado una gran pareja en el escenario. Anoche, Rebeca Olvera fue Marie, de veras, lo fue. Es el caso clásico en el que se encuentra una cantante para el papel, o un papel para la cantante. El aria del segundo acto ‘Par le rang et par l’opulence’ fue el vehículo ideal para que la Marie de Rebeca, expresara toda la ternura, frustración y tristeza que le produjeron el saberse noble, y no lo que creía y amaba ser, la mascota de un regimiento de hombres burdos pero honestos.
Josué logró una excelente interpretación de Sulpice, no desmereciendo un ápice de la calidad de sus compañeros de reparto.
María Luisa Tamez compuso una muy simpática Marquesa de Berkenfield, y no desentonaron Arturo López Castillo como Hortesius, José Luis Reynoso como el cabo, y Efraín Corralejo como un campesino.
La actriz de televisión Florinda Meza hizo su debut en el Palacio de Bellas Artes como la Duquesa de Crakentorp.
El joven Maestro Iván López Reynoso tuvo una destacadísima participación al frente de los solistas, la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes. Éste último, fue preparado adecuadamente por Cara Tasher.
Me atrevo a decir que fue una hermosa noche de celebración; ojalá hubiera sido puesta en escena formalmente. No lo fue, pero eso no me quitó el sabor de haber asistido a una fiesta. Por cierto, creo que Marie se robó la noche...